Parece la cita de
un afamado lingüista, pero puede ser también el símbolo del primer cambio
positivo en nuestra sociedad.
Sentados en la
mesa, esperando la comida, impactados por la lluvia de noticias políticas y económicas,
que provienen de nuestro televisor, callamos malhumorados, sin tiempo para
meditar asintiendo junto con el desencanto que llena nuestro pesimismo, al ver que nuestra situación no mejora. Políticos del gobierno y oposición, que despotricándose
se lanzan las cenizas de un país quemado,
a veces rompe el silencio una frase, un comentario, de nuestro alrededor, de nuestro
padre, madre o hermana “que poca vergüenza”,
“no saben gobernar”, “como dejaron el país los que salieron”
para nada una opinión, pues esa ya se encargan de dárnosla los medios, no neutrales
que ejercen de fuelle, en esta combustión que no nos deja ni respirar.
La mesa sigue
callada, ya es profano hablar de política con la familia. Te dicen no te posiciones,
no des tu opinión, que nadie te escuche, menos con amigos y mucho menos en tu trabajo.
Para que dialogar
si hay solo dos bandos, para que expresar……. no voy a intentar comprender a los otros, solo alagar a los míos.
Nos obligan a
posicionarnos y nos quitan la libertar de coger lo bueno de cada uno y
erradicar lo malo de todos.
Ejercer esa libertad innata de decir, ¡ VASTA ¡. Utilicemos la palabra, para hablar con las personas que nos rodean, no para condenar a partidos, si no a HECHOS.
Vasta de condenar ideologías, tendencias o religiones, hay creyentes de izquierda hay obreros de derecha, posicionemos nuestras criticas en lo que sucede. Es una forma de alzar tus ideales, exportar la palabra, e iniciar un debate en la calle, que crecerá como la espuma.
Ejercer esa libertad innata de decir, ¡ VASTA ¡. Utilicemos la palabra, para hablar con las personas que nos rodean, no para condenar a partidos, si no a HECHOS.
Vasta de condenar ideologías, tendencias o religiones, hay creyentes de izquierda hay obreros de derecha, posicionemos nuestras criticas en lo que sucede. Es una forma de alzar tus ideales, exportar la palabra, e iniciar un debate en la calle, que crecerá como la espuma.
No nos
mantengamos al margen, ni deleguemos nuestras vidas en personas que buscan sus
propios intereses, hablemos sin tapujos, empezando por la autocritica de quien
está violando la ideología que va con
nosotros.
Tomemos la palabra recuperemos nuestras vidas….
Tomemos la palabra recuperemos nuestras vidas….